dimanche 20 juin 2010
El primer sello acreditativo
La noche del sábado 19 al alba del domingo 20, no cesó de llover, o más bien, de lloviznar. Al amanecer, el verde que rodea Zazpiak bat lanzaba reflejos acristalados. El rocío imponía su rito mañanero y la humedad a causa del agua caída durante la noche penetraba en los huesos. Era de esperarse que los peregrinos emprenderíamos un camino martirizado por la lluvia hacedora de fango. Dura prueba para unos y otros, y durísima para lanzarse a la “aventura” en bicicleta. -Eviten el camino, nos aconsejó Guillaume, y en un trozo de papel nos señaló cómo salir del barrio y desembocar en la carretera. Estimulados por el primer sello acuñado sobre nuestras credenciales ( ir a La credencial del peregrino), dejamos la huella bicicletera sobre el camino rojizo hasta la ruta asfaltada. En lugar de remontar la colina por la Route Napoleón, como nos aconsejó el patrón de la casa, ni entrar a St-Jean-Pied-de-Port, doblamos a la izquierda en el Chemin de Kurutxamendi y tomamos la Route d’Arnéguy. El camino era mucho más que un sueño, la idea estaba puesta en marcha, la marcha a dos ruedas se imponía. ©eW&cAc
Inscription à :
Publier les commentaires (Atom)
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire