vendredi 19 mars 2010

…se hace camino al andar

Después de haber acordado mutuamente que haríamos el camino a Santiago en bicicleta, comenzamos la preparación del mismo. Como Elie, vive en Beirut y yo en Paris, el “cuartel general” también fue compartido y cada uno fue poniendo su granito en la concepción del itinerario, y digo itinerario porque hacer el camino no es un viaje cualquiera, no. Es emprender una ruta ancestral, de carácter religioso, que hoy imbrica múltiples identidades, tanto en el plano religioso como en el plano cultural. La aproximación religiosa, según mi punto de vista, está dada por el matiz espiritual que los peregrinos encuentran al andar, tropezando con dificultades, a solucionar individualmente o ayudados por otra mano peregrina, una mirada que significa “anda, ya falta poco”, o cuando se escucha “buen camino” en infinidad de lenguas, al quitar un lugar, al avanzar en dirección de Santiago, al término de una etapa. El plano cultural es mucho más amplio, y creo que una buena cantidad de peregrinos, son felices de transpirar, agotarse y sufrir, mientras descubren, haciendo la Ruta Jacobea, las regiones por donde pasa, rica en aldeas, pueblitos, espléndidas ciudades, todas diferentes, como sus lenguas, sus riquezas patrimoniales, la naturaleza y sus colores, los cantos escapados de entre las ramas de los árboles, y sobre todo, la gente de los pueblos, contentas, cabizbajas, acogedoras o desagradables, puede uno encontrar de todo, que dan el toque humano y se convierten en realidad palpable a nuestro paso, y en recuerdo imperecedero a todo lo largo de la ruta. Caminante no hay camino, se hace camino al andar, nos legó Antonio Machado en sus Cantares y para andar el camino el peregrino escogerá el medio que mejor le convenga. Nosotros, amantes de las dos ruedas, escogimos la bicicleta para llevar a término nuestro peregrinar por el camino compostelano que el prelado Diego Gelmirez (1070? – 1140), viajero infatigable y que por su influencia pusiera a la misma altura que aquellos de Jerusalén y Roma. ©eW&cAc