lundi 28 juin 2010

Rabanal, pueblo de arrieros a 1150m de altura



Bosquecillos donde sobresalen robles verdes. El camino en ascenso se hermosea, a la izquierda, landas salvajes, a la derecha, un bosque de coníferas. En el Camino, que lo apellida, está Rabanal, pueblo levantado en el interior de Galicia, pero estratégicamente bien situado. Sus construcciones evidencian el apego maragato a su cultura y tradiciones, y lo demuestran las portadas de sus casas. Desde los albores del siglo que vivimos, fue fundado en Rabanal un monasterio Benedictino, el San Salvador del Monte Irago, que ofrece ayuda espiritual a los peregrinos.No necesitándola, preferimos disfrutar del soleado pueblo maragato y apreciar sus construcciones civiles y religiosas más viejas. El primer reflejo fue sellar la credencial. Hicimos una pauta en El Tesín, albergue privado regenteado por Damián. La Ermita de San José, que fundaran los arrieros del pueblo al comienzo del s.XVIII, está a la entrada del caserío. Conserva, en un altar churrigueresco, una imagen de Santiago Esta ermita fue edificada a costa de José Calvo, arriero que no escatimó su fortuna para ello. Otra ermita, la del Bendito Cristo, también ocupa espacio en esa altura del Camino. La iglesia parroquial Santa María o de la Asunción, que se levanta en el centro de Rabanal, es de origen románico y perteneció a la Orden del Temple, de los templarios de Ponferrada. Apreciable su ábside semicircular viejo del s.XII. En la espadaña, triple campanario, reloj y por supuesto, un nido de cigüeña. Rostro cándido y gentil el de las mujeres del pueblo, de cuyos labios no brota respuesta a nuestro buenos días, ni tan siquiera un tímido “buen camino”. A la salida del pueblo, en dirección a Foncebadón, un banco para hacer pauta, una fuente de agua para rociar nuestra fatiga y una construcción que me recuerda los lavaderos públicos de los pueblitos franceses. ©eW&cAc

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