dimanche 27 juin 2010

Promenade en ville (Astorga)



No más pusimos un pie fuera del convento, comenzó el cielo a lloriquear. Desplegamos las capas tenidas a mano y entre gota y gota nos paseamos por Astorga mojada. La ciudad es un sitio relevante en el Camino y merece tardarse en ella si posible. Nosotros estamos obligados a verla en la quietud dominical que precede al bullicio de la hora de cena. Convento obliga. Proa a la catedral, a escasos metros de la casa de las Misioneras. Deambulamos por su explanada. A un lado, la capilla de San Esteban y del otro la barroca iglesia de Santa Marta. Un poco más al fondo, el Palacio Episcopal neogótico en el que se evidencia la mano de Gaudí. En el camino, una plaza tranquila en la que un monumento evoca las guerras napoleónicas y el heroísmo de los asturicenses al enfrentarse a las tropas galas. Calles estrechas, comerciales, pulcras. Desembocamos en otra plaza, la España, rodeada de soportales y buenos sitios para picar algo o para cenar, y en un extremo, el consistorio que data del s.XVIII (1704). Yendo hacia las murallas romano-medievales, una gran explanada: la plaza de San Francisco. En el Convento de las Siervas de María, el Albergue de los Amigos del Camino, sellamos nuestra credencial. Volvimos a la plaza España, un poco más animada y cenamos en un restaurant que también pasaba el partido de fútbol para placer de Elie. No tardó la noche en apoderarse de Astorga. Los monumentos y sitios históricos se iluminaron, y descubrimos otra ciudad, envuelta sus fachadas de amarillo oro. ©eW&cAc

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