Descenso a Triacastela

Primero Fonfría. Otro minúsculo pueblito de montaña con iglesia dedicada a San Xoán. Paisaje y aire puro, el hecho de ver las vacas pastando me llena de satisfacción. De un tiempo acá, -empedernido citadino, el campo me relaja enormemente. Elie se sorprende al verme hablar solo. Pero no, decía algo a las vacas. A esta hora el camino se llena de peregrinos, muchos están llegando al final de su jornada. Nosotros aún tenemos que rodar. Cuesta abajo, como la canción. Al rato estamos entrando en Triacastela. Un pueblo que tuvo tres castillos y de los cuales no queda nada. Fuimos directamente a la iglesia de Santiago. Torre esbelta, con imagen de Santiago en el segundo cuerpo y campanario en el tercero. Cubierta en forma de cúpula. Para llegar a ella se atraviesa el cementerio. Rejas en hierro forjado con la concha. Adentro, el poema de Antonio Machado musicalizado por Joan Manuel Serrat se escurría entre las columnas, y daba un toque menos rígido a la iglesia de Santiago. Sellamos haciendo camino al andar, y salimos del templo tarareando golpe a golpe, verso a verso… “caminante, no hay camino, se hace camino al andar…” ©eW&cAc