mercredi 30 juin 2010

Alto do San Roque y Alto do Poio






Por espacio de tres kilómetros y algo más pedaleamos en descenso, pero sin perder altura. Aparece Liñares. La iglesia parroquial de Santo Estevo muy semejante a la de Santa María la Real, pero más pequeña. Localidad agrícola y paisaje también agrícola. Me sorprendo al ver dos campesinos en la siembra, usando un viejo arado. Bello alazán entre los dos hombres, pienso en mi padre, -le enseñaré este caballo, pienso, porque mi padre adora los animales. Ganado cruzando la carretera. Tarjeta de un paraje que vive feliz en su tiempo. Al menos, eso yo imagino. Divisamos una gran estatua sobre un pedestal de piedra. Es el Alto de San Roque, un puerto de montaña a 1270 m. La estatua representa un peregrino en dirección a Santiago. Seguimos hasta Hospital da Condesa. La pizarra cubre la nave de la iglesia y su torre cuadrada de escasa altura también se asemeja a la edificación religiosa de O Cebreiro. Desde nuestra altura identificamos la espadaña de la iglesia de Pardonelo el cementerio ovalado de la localidad. Piedras grises y pizarra negra sobre el verde del monte. Hemos vuelto a subir. No sentimos la fatiga, pero el nombre del lugar nos traslada a una cocina, a un caldero, y a una mesa puesta. Alto do Poio. Para la gran pausa y siesta, aún falta. Olvidamos la mesa, el caldero y el pollo. ©eW&cAc


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