mercredi 30 juin 2010

La Faba [A Faba]




La peregrina inglesa llevaba un ritmo mesurado. La divisamos distante y luego la pasamos. Sonrió. Iba platicando con sus pensamientos. Marchaba con cadencia. Luego nos adelantaron uno a uno, los muchachos de Lugo, salvo uno, el benjamín, que iba a su aire, descamisado, pedaleando sin prisa. Avistamos La Faba desde un recodo, escondiendo su arquitectura montañera entre la tupida vegetación del monte. Sólidas casas, con techos apizarrados a cuatro aguas. En invierno, La Faba debe ser un sitio muy frío para los peregrinos. En este final de junio se siente el viento y murmullan las copas de los árboles. El paisaje es infinitamente majestuoso. Monte y montes. Camino, verde y ginesta. Claros y verdes oscuros en masa. Y verdes tiernos con toques amarillos. Hemos alcanzado los 900m. Abajo, en un claro, pasta el ganado. Una mariposa se instala en el manubrio de mi bicicleta. Aletea, lucha contra el viento, y se aferra a seguir conmigo. Un poco más adelante, da un saltito y se queda sentada al borde del camino… ©eW&cAc

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