Viendo a esa altura, a 1504m, un 2CV francés, casi finalizando junio del 2010, y por qué no, nuestras bicicletas, confortables, apropiadas, ligeras, mi pensamiento se ensortija y vuela, y se pierde en el tiempo. Tomamos cada uno una piedra, que tirándola al montículo, nos hará evocar a todos los peregrinos, que como nosotros, han puesto un pie en el humilladero. Pero el pensamiento más fuerte, será para aquellos que el paso por el sitio fue cuestión de sobrevivencia, de fugas y abandonos, por imperativa necesidad, me refiero a los habitantes de esos parajes, gallegos o maragatos, arrieros o segadores, que desde antaño pasaron, transpirando y arañando la tierra. Una cruz de hierro clavada en lo alto de una vara de roble, el montículo de piedras como pedestal, y cada piedra, los que pasaron, cada uno de nosotros, los que pasarán. ©eW&cAc
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Super!!
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