jeudi 1 juillet 2010

El Miño, gallego como el embutido habanero (Portomarín)






Desde la orilla derecha del Miño avistamos Portomarín. En medio del pueblo, en la plaza más céntrica, con su monumento al peregrino, se yergue la iglesia de San Nicolás, construida entre los siglos XII y XIII. El edificio, suerte de fortaleza y templo, dispone de una nave de colosal altura con amplias ventanas y sendos rosetones, y tres portadas románicas remarcables. Cruzamos el río, al final de cuyo puente comienza una escalinata que encamina a los peregrinos a pie hasta la iglesia de San Nicolás. Subiendo por una calle paralela al Miño, el paisaje se ensancha, el azul oscuro del río se ofrece espejo del cielo y llevando la vista un poco más lejos, el embalse de Belesar, obra que transformara el panorama caminero a su paso por el valle del Miño. Sellamos en San Nicolás y disfrutamos del lugar, sumido en una gran tranquilidad. El camino jornalero será largo aún. Salimos del pueblo siguiendo como siempre, las flechas amarillas que guían al peregrino y comenzamos a sentir el frescor del camino, proa a Melide, final de la etapa este primero de Julio. ©eW&cAc

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