jeudi 24 juin 2010

El milagro de la luz en San Juan de Ortega


En el descenso a San Juan de Ortega, el camino sigue el curso de un arroyo que también da nombre a una ermita, Valdefuentes. El camino, -y felizmente, se aleja de la N-120 buscando el sitio donde en 1477 Isabel la Católica le implorara a San Nicolás un remedio que la hiciera mujer fértil. Para nosotros, la Ermita de Valdefuentes fue una pausa reconfortante y puerta al camino que nos condujera al lugar de retiro de Juan de Quintanaornuño, que fuera discípulo de Santo Domingo de la Calzada. La reliquia traída por él de Tierra Santa y dedicada a San Nicolás, fue conservada en una ermita que más tarde se convertiría en iglesia, de importante volumen, cuya cabecera triábsidal es de factura románica, con una pureza de líneas sorprendente. La iglesia tiene un capitel que cobra famadurante el equinoccio cuando un rayo de sol lo ilumina. El llamado “Milagro de la Luz” realza la Anunciación, la Visitación y la Natividad representadas en dicho capitel. Acuñamos nuestras credenciales y dejamos San Juan por una carreterita que nos llevó a Barrios de Colina. Paz campestre en una llanura tocada de verdes y amapolas cuyo término fue Olmos de Atapuerca a vista de pájaro. Ni Agés, ni Atapuerca, y tampoco Orbaneja-Riopico nos vieron pasar. Nuestro objetivo es devorar el asfalto que como feroz tapiz se extiende a la entrada de Burgos. ©eW&cAc



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