Primero fue una idea echada a volar mientras Elie y yo rodábamos una noche por las calles de Paris, en las habituales excursiones de los viernes con Paris-Randovélo. Después la idea fue ganando terreno y hace unos tres meses, la idea se convirtió en una proposición seria de parte de Elie, de hacer el camino de Santiago en bicicleta…, yo acepté gustoso la proposición, que toma cuerpo a lo largo de este blog compartido, como compartido fue el camino, entre nosotros y con muchos otros peregrinos...
[1] El rollo antiguamente era una señal que marcaba una categorización del lugar en que estaba situada. En forma de columna, llevaba como remate, una cruz o una bola. El rollo se levantaba en aquellos pueblos con facultades jurisdiccionales, e indicaban su atadura a un mando superior, ya fuera concejil, señorío real, eclesiástico o monástico. También demarcaban el territorio o simplemente conmemoraban la concesión del villazgo.
Primero fue una idea echada a volar mientras Elie y yo rodábamos una noche por las calles de Paris, en las habituales excursiones de los viernes con Paris-Randovélo. Después la idea fue ganando terreno y hace unos tres meses, la idea se convirtió en una proposición seria de parte de Elie, de hacer el camino de Santiago en bicicleta…, yo acepté gustoso la proposición, que toma cuerpo a lo largo de este blog compartido, como compartido fue el camino, entre nosotros y con muchos otros peregrinos...
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