samedi 26 juin 2010

Ermita de San Roque en Bercianos del Real Camino




Al llegar a Bercianos, nos dirigimos a la ermita de San Roque. A la derecha de la puerta de entrada, un banco, y sentada, la custodia de la ermita, gentilísima berciana. A la izquierda, un agresivo banco compuesto de tres sillas color naranja, design aeropuerto o metro parisino. La ermita es una nave cuadrada cuyas paredes exteriores están revestidas de adobe. El interior está enladrillado y su bóveda baja artesonada, cubierta de tejas. Tiene un San Roque poco común. El santo enseña la herida y lleva perro, como es habitual, pero el animal le salta delante y no lleva pan, a la izquierda, un ángel sostiene la capa mientras San Roque enseña la pierna. En la vara van atadas tres conchas, una cinta roja y un racimo de uvas secas. Bercianos respira ese aire pobre de pueblos viejos detenidos en el tiempo. Sellamos la credencial en la ermita. El albergue para peregrinos, a la hora que pasamos estaba cerrado. Nos tomamos una foto juntos, a ofrecimiento de dos peregrinas que tomaban un café en la plaza. La parroquial del Salvador se derrumbó y su torre se vino al suelo. Construyen en un descampado una iglesia para los parroquianos, y aunque nueva, mantiene la armonía del camino. Dos poblanos nos comentan acerca de la construcción, -muy avanzada la planta pero la torre campanario todavía desvestida y sin techo, nos confiaron. La cigüeña ya hecho nido y será la primera en verla desde lo alto. Nosotros continuamos el camino, esta vez dispuestos a almorzar y regalarnos una siesta, en el Burgo Ranero. Sólo nos faltan 347 km para alcanzar Santiago. ©eW&cAc

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